Dipirona (Metamizol sódico)

Alivio de dolores leves a moderados como cefalea, dolor dental, muscular o postoperatorio. Indicado también para la reducción de fiebre alta cuando otros antipiréticos no han sido eficaces.

Hipersensibilidad a dipirona o derivados pirazolónicos. Antecedentes de agranulocitosis inducida por fármacos. Déficit de glucosa-6-fosfato deshidrogenasa. Embarazo, lactancia y menores de 3 meses o menos de 5 kg sin supervisión médica.

El uso prolongado puede aumentar el riesgo de reacciones hematológicas graves. Administrar con precaución en pacientes con insuficiencia renal o hepática. Puede enmascarar síntomas de infecciones u otras patologías.

Agranulocitosis (rara pero grave), reacciones alérgicas cutáneas como erupción o urticaria, hipotensión con administración rápida o en altas dosis, molestias gastrointestinales como náuseas, vómitos o dolor abdominal.

Potencia el efecto de anticoagulantes orales y fármacos mielotóxicos. El consumo simultáneo de alcohol puede aumentar el riesgo de efectos adversos. En otras presentaciones puede presentar incompatibilidades con medicamentos intravenosos.

Adultos: 10–20 mg/kg cada 6 a 8 horas. Niños: dosis ajustada según peso corporal bajo prescripción médica. Dosis máxima en adultos: 4 g por día. No se recomienda uso prolongado sin control profesional.

Analgésico no opioide y antipirético.

No se recomienda, especialmente en el tercer trimestre. Solo se debe considerar su uso en los primeros trimestres si el beneficio justifica el riesgo, bajo criterio médico.

Contraindicado. La dipirona se excreta en la leche materna y puede afectar al lactante.