Oxcarbazepina.

Tratamiento de la epilepsia, en monoterapia o asociada a otros antiepilépticos. Crisis focales, elementales, complejas y generalizadas tónico-clónicas. Tratamiento del trastorno bipolar. Episodios maníacos, hipomaníacos y mixtos. Prevención de manía, ver “Psiquiatría“.

En insuf. renal requiere ajuste posológico por aumento de vida media. Administración simultánea de IMAO y otros antiepilépticos. Portadores conocidos del alelo HLA-B*1502 o HLA-A*3101 ya que aumenta el riesgo de sínd. de Stevens-Johnson y necrólisis epidérmica tóxica. Eficacia y seguridad no demostrada en menores de 2 años.

Muy frecuente: náuseas, vómitos. Somnolencia, cefalea, mareos. Diplopía. Astenia. Frecuente: estado confusional, depresión, apatía, agitación. Ataxia, temblor, nistagmus, amnesia. Vértigo. Diarrea, dolor abdominal. Exantema, alopecia, acné. Hiponatremia. Poco frecuente y muy raro: leucopenia, trombocitopenia, reacciones de hipersensibilidad. Bloqueo AV. Pancreatitis, hepatitis. En uso prolongado osteopenia y fracturas osteoporóticas.

A altas dosis puede aumentar niveles de fenitoína y fenobarbital. Sensibilidad cruzada con carbamazepina. Puede reducir efectividad de anticonceptivos orales. Inhibe el metabolismo por CYP2C9, pudiendo aumentar la concentración plasmática de sus sustratos (por ej, warfarina, fenitoína, celecoxib, meloxicam, piroxicam, entre otros).

Antiepiléptico. Estabilizador del humor. Relacionado estructural y químicamente con la carbamazepina. Bloquea canales de sodio voltaje dependientes y modula la actividad de los canales de calcio y potasio.

Evidencia insuficiente. Usar como último recurso, no se recomienda discontinuarlo si se ha logrado buen control de las crisis con el tratamiento. De utilizarse, realizar aporte adecuado de ácido fólico.

Probablemente seguro a dosis habituales. Se distribuye en la leche materna, se recomienda monitorear por posible sedación e irritabilidad.