En el siguiente artículo veremos qué es una reacción alérgica, qué tipos existen, cómo influyen factores tales como la genética y el ambiente, cuáles son los síntomas más frecuentes, de qué forma podemos prevenirlas, así cómo tratarlas una vez que se están desarrollando.
Continúa leyendo y entérate de toda la información que necesitas para saber cómo reconocerlas y actuar en consecuencia.
¿Qué es la alergia?
Se entiende por reacción alérgica, cuando nuestro cuerpo reconoce como nocivo a una sustancia o alimento que para la mayoría de las personas no lo son, a estos elementos se los llama alérgenos.
En consecuencia, nuestro sistema inmunológico desencadena una respuesta exagerada, que en lugar de ser beneficiosa se vuelve perjudicial, afectando diferentes partes de nuestro cuerpo como por ejemplo la piel, los ojos, el aparato respiratorio y/o el aparato digestivo.
Así mismo, la gravedad de la reacción depende de cada persona abarcando desde leves a graves, incluso producir un shock anafiláctico que afecta las vías respiratorias y el sistema cardiovascular y puede llegar a ser mortal.
¿Qué factores influyen?
Es importante tener en cuenta que existen factores genéticos que predisponen y también factores ambientales desencadenantes.
Los antecedentes familiares son muy importantes. Se estima que, si uno de los progenitores es alérgico, la probabilidad de que el hijo sea alérgico es del 30 %. Si tanto madre como padre son alérgicos, la probabilidad se acerca al 50%.
Los elementos que desencadenan en forma más frecuentes reacciones alérgicas son: polen, ácaros, hongos, picaduras de insectos, látex, algunos alimentos (ej.: chocolate, nueces, mariscos) y algunos medicamentos (ej.: Penicilinas).
¿Cuáles son los síntomas más comunes?
En gran parte, las características de los síntomas dependen de la vía de ingreso a nuestro organismo del alérgeno.
Por ejemplo, en el caso de aquellos que ingresan por inhalación tales como polen, polvo, moho, etc., los síntomas más frecuentes son: congestión nasal, rinorrea (aumento de mucosidad nasal), estornudos y tos seca.
Por otra parte, aquellos que ingresan por contacto como por ejemplo plantas, polen, latex, cosméticos, etc., los síntomas son fundamentalmente a nivel local provocando inflamación y picazón de la piel o lagrimeo o enrojecimiento de los ojos.
Aquellos alérgenos que ingresas por inyección, por ejemplo, picaduras de insectos o medicamentos que se administran por vía intravenosa o intramuscular, pueden desencadenar desde respuestas leves como irritación local en el sitio de ingreso a graves como un cuadro de anafilaxia.
Por último, los alérgenos que ingresan por ingestión son sustancias que sensibilizan al ser ingeridas y en este grupo encontramos las alergias alimentarias y las alergias medicamentosas.
Las alergias alimentarias se producen cuando el sistema inmune responde a determinadas proteínas presentes en los alimentos, siendo los alimentos alergénicos más comunes la leche, los huevos, el pescado, los mariscos y los frutos secos.
Las alergias alimentarias pueden causar desde síntomas leves como hormigueo en la boca, hinchazón en los labios, lengua, rostro o garganta, trastornos digestivos (vómitos y diarrea) y picazón de la piel hasta anafilaxis siendo el maní el alimento más frecuentemente involucrando en este tipo de reacciones.
En relación a los medicamentos, si bien cualquiera puede causar una reacción alérgica, se han identificado como de mayor incidencia a la penicilina y antibióticos relacionados, sulfamidas, medicamentos para el tratamiento del dolor y/o disminución de la fiebre como el ácido acetilsalicílico, el ibuprofeno o la dipirona, medios de contraste yodados y anticonvulsivantes.
¿Cómo podemos prevenirlas?
Las medidas de prevención dependen del tipo de alergia, pero en líneas generales te brindamos los siguientes consejos:
- Identifica los alérgenos a los que eres sensible e intenta minimizar la exposición a los mismos. Por ejemplo, si eres alérgico al polen, durante la primavera evita circular por lugares con alta concentración de plantas o si eres alérgico a los ácaros, elimina el polvo de tu hogar con aspiradora y lava la ropa de cama con frecuencia.
- Lleva un brazalete de alerta médica. Si has tenido alguna reacción alérgica grave emplear este tipo de elementos es de gran utilidad para advertir a tu entorno en el caso de que nuevamente experimentes una reacción en la cual no puedas comunicarte.
¿Cómo se tratan?
La elección del tratamiento la realiza el médico tratante en función del tipo y la gravedad de la alergia, a continuación, veremos los medicamentos elegidos en forma más frecuente para el tratamiento de los síntomas leves.
Es importante que tengas en cuenta que incluso los medicamentos para el tratamiento de las alergias de venta libre pueden producir efectos secundarios y/o tener alguna limitación de uso según la etapa de tu vida en la que te encuentres, por ejemplo: niños, mujeres embarazadas o en período de lactancia, adultos mayores o tu condición de salud: diabetes, hipertensión, glaucoma, etc.
Por eso es fundamental conocer esta información, consultando el prospecto y a tu médico tratante ante cualquier duda ante de comenzar la utilización de cualquier medicamento.
1. Antihistamínicos
Como vimos anteriormente, las alergias se producen por una respuesta exagerada de nuestro sistema inmunológico a determinados alérgenos, siendo la Histamina una de las sustancias que participa en este proceso.
Al unirse a las células de nuestro cuerpo produce una serie de reacciones tales como goteo nasal, la picazón o el lagrimeo en los ojos, la urticaria e inflamación de la piel y otros signos o síntomas de las alergias, por lo tanto, los antihistamínicos al bloquear la unión de la Histamina a sus receptores, impide su acción y disminuye los síntomas.
En muchos casos los antihistamínicos se asocian a otros grupos de medicamentos, por ejemplo, con corticoides lograr un efecto de mayor velocidad y potencia o con descongestivos para colaborar en el control del edema y congestión.
Encontramos antihistamínicos, tanto solos como asociados, orales para lograr una respuesta más generalizada u oftálmicos para el tratamiento local de los síntomas que produce la alergia en nuestros ojos como lagrimeo o enrojecimiento.
2. Lubricantes nasales y oculares
Estos medicamentos tienen acción lubricante y humectante y se emplean para disminuir la irritación que provoca la alergia.
3. Descongestivos nasales que pueden estar o no asociados con corticoides
Lo que buscan estos medicamentos es disminuir la inflamación, producción de secreción, así como los estornudos.
4. Antipruriginosos tópicos (alivian la picazón de la piel)
Estos preparados suelen incluir antialérgicos y anestésicos para disminuir la picazón y el enrojecimiento de la piel.
Referencias