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Cáncer de piel: síntomas, causas y prevención

Cáncer de piel: síntomas, causas y prevención

 

 

La piel es el órgano más grande del cuerpo humano y posee una función protectora para nuestro organismo. El cáncer de piel es uno de los más comunes a nivel mundial y Uruguay no está exento de esa realidad, en nuestro país se diagnostican más de 3000 casos por año y fallecen alrededor de 135 personas en ese período de tiempo, según el Registro Nacional del Cáncer 2016-2020. Gracias a su detección temprana, el cáncer de piel posee altas tasas de curación, aunque en los últimos años se ha observado un aumento en la tasa de incidencia, que lleva a un aumento en la tasa de mortalidad.

Prevenir esta enfermedad es posible y estar informados es importante para poder hacerlo, por lo que en el presente artículo abordaremos los tipos y síntomas del cáncer de piel, sus causas, factores de riesgo, tratamiento, detección y, por supuesto, prevención.

 

¿Qué es el cáncer de piel?

El cáncer de piel es una neoplasia que ocurre debido al crecimiento anormal de las células de la piel. Generalmente se desarrolla en las zonas más expuestas a la luz del sol, como rostro, labios, cuero cabelludo, cuello, pecho, brazos y manos. Sin embargo, también puede ocurrir en lugares que normalmente no están expuestos a esa radiación, como las palmas de las manos y el área genital.

Si bien las personas con piel clara tienen mayor riesgo de verse afectadas, este tipo de cáncer puede aparecer en personas con todos los tonos de piel.

 

Tipos y síntomas del cáncer de piel

El cáncer de piel puede ser clasificado en dos tipos: melanoma y no melanoma (el cual a su vez posee dos subtipos: de células basales y de células escamosas).

El melanoma es el tipo más grave de cáncer de piel, y se produce por la afectación de las células productoras del pigmento denominado melanina: los melanocitos. Suele presentarse en cualquier parte del cuerpo y aparecer en la piel o en un lunar preexistente, que se vuelve canceroso.

El carcinoma de células basales se puede presentar como un bulto ceroso o perlado, una lesión plana que se asemeja a una cicatriz marrón o del color de la piel, o una úlcera que se cura, pero reaparece.

El carcinoma de células escamosas suele presentarse como un nódulo rojo y firme, o una lesión plana con una superficie escamosa y costras.

 

 

 

¿Cuáles son sus causas?

El cáncer ocurre cuando el ADN de las células de la piel experimenta una mutación, la cual causa que estas células se multipliquen sin control, determinando la aparición de una masa de células neoplásicas. La capa de la piel involucrada en estos eventos es la epidermis y se ven afectados los 3 tipos principales de células de ésta: las células basales, las escamosas y los melanocitos.

La principal causa de este tipo de cáncer es la exposición a los rayos ultravioletas, los cuales pueden provenir del sol o de camas solares. Dado que el cáncer de piel no se presenta únicamente en zonas expuestas a los rayos UV, se cree que existen otras causas vinculadas a la exposición a sustancias tóxicas y a la debilitación del sistema inmune.

Cuando los rayos ultravioletas inciden sobre la melanina ocurre el cambio de color del pigmento y es por ello que la piel se oscurece, motivo por el cual se considera que no existe el bronceado saludable o libre de riesgo.

 

Factores de riesgo

El riesgo de desarrollar este tipo de cáncer depende tanto de factores constitucionales (es decir, propios de cada individuo) como de factores ambientales. Dentro de los primeros se incluye la historia familiar, la presencia de múltiples nevos (lunares) o nevos atípicos, cabello claro o pelirrojo, piel clara, sensibilidad a la exposición al sol (personas que se broncean mal, o no se broncean) y edad, ya que el daño al ADN es acumulativo. En cuanto a los factores ambientales, el más importante es la exposición a la radiación ultravioleta (UV), el historial de quemaduras solares (haber atravesado una o más quemaduras solares intensas, principalmente durante la niñez y adolescencia) también constituye un factor de riesgo.

 

Tratamiento para el cáncer de piel

Existen diversos tratamientos para el cáncer de piel, que serán evaluados por el médico tratante según el tipo de cáncer de piel diagnosticado. Las posibilidades de tratamiento abarcan desde cirugía hasta radioterapia, quimioterapia, inmunoterapia, terapias dirigidas y otras terapias farmacológicas.

Es común que a medida que avanza el tratamiento se realicen algunas pruebas o exámenes para evaluar el funcionamiento de este y la evolución del cáncer. Además, algunos tipos de cáncer de piel suelen recidivar (volver) luego de un período de tiempo, por lo que es importante respetar las revisiones periódicas luego del tratamiento, en el caso de que el especialista así lo indique.

 

¿Cómo detectarlo?

La detección temprana del cáncer de piel es fundamental para evitar su diseminación a otras zonas y que su tratamiento sea más sencillo. Debemos estar atentos a determinadas características que pueden ser signos de alerta, como la aparición de pequeños abultamientos, marcas similares a una cicatriz, llagas abiertas que no sanan o que reaparecen luego de sanar. De todas formas, dado que la apariencia de los distintos cánceres de piel es muy heterogénea y puede variar, es conveniente estar alerta ante la aparición de cualquier mancha nueva o con apariencia diferente a las demás, así como ante la presencia de picazón, dolor o sensibilidad persistente en alguna zona de la piel.

Para el caso del melanoma, existe un acrónimo denominado “ABCDE” que sirve para evaluar los signos más tempranos de la enfermedad. El acrónimo se utiliza para analizar los nevos presentes en la piel, y cada letra tiene el siguiente significado:

A: Asimetría

B: Bordes irregulares o mal definidos

C: Color heterogéneo

D: Diámetro mayor a 6mm

E: Evolución (cualquier cambio en la forma, color, tamaño o la aparición de sangrado o dolor son signos de alerta)

También se puede utilizar la técnica del “patito feo”, dado que en cada individuo los nevos suelen seguir un patrón de apariencia determinado, la presencia de un nevo con apariencia diferente podría ser indicador temprano de la presencia de melanoma.

Si al aplicar estas técnicas se tiene la sospecha de estar ante un posible caso de melanoma u otro cáncer de piel, es importante consultar con un profesional de su confianza para realizar el correcto diagnóstico.

 

Consejos para su prevención

Prevenir la aparición del cáncer de piel es posible, y existen algunas recomendaciones importantes que todos podemos tomar en cuenta y llevar a cabo para protegernos.

En primer lugar, evitar la exposición a los rayos ultravioletas provenientes del sol o las camas solares es fundamental. Un ejemplo de acción preventiva que podemos realizar es evitar la permanencia al sol en los horarios donde la radiación es más intensa, o sea entre las 10 y las 16hs. Quedarnos en casa o permanecer en lugares con sombra es la mejor opción en esos horarios.

Además, es muy importante el uso de protector solar. Es importante recordar que no sólo debe ser utilizado en días soleados, sino durante todo el año, y que es recomendable utilizar aquellos que tienen factor de protección solar (FPS) igual o mayor a 30. Adicionalmente, recordar aplicarlo media hora antes de la exposición al sol, y realizar su re-aplicación cada 2 horas o luego de exponerse al agua o al sudor intenso.

Utilizar prendas de color oscuro que repelen los rayos ultravioletas y accesorios como gorros, sombreros o lentes con filtro solar certificado también pueden ayudar a la prevención.

Por último, siempre podemos realizar un autoexamen, de manera de poder detectar lunares sospechosos, nuevos o que hayan cambiado. Es recomendable realizarlo periódicamente y prestar especial atención a las zonas del cuerpo más expuestas a la luz solar, como las manos, orejas, cuello y cuero cabelludo.

 

Conclusión

El cáncer de piel es un tipo de cáncer con una importante incidencia tanto a nivel local como mundial, y a pesar de que posee algunos factores de riesgo que no podemos cambiar, sí existen algunos factores sobre los que podemos trabajar y realizar acciones preventivas.

Como mencionamos previamente, evitar exponerse a la radiación ultravioleta y utilizar protector solar son dos de las acciones fundamentales a la hora de la prevención.

La consulta con un profesional será siempre la mejor alternativa para la evaluación de posibles signos, el diagnóstico y el tratamiento de la enfermedad. La detección precoz es un pilar fundamental para el éxito del tratamiento y el bienestar del paciente.

Generar conciencia sobre esta temática es tarea de todos, informarse, difundir y hablar sobre el tema con nuestros allegados es una excelente forma de prevenir, mantenernos atentos y poder actuar a tiempo.

 

Bibliografía