Enfermedad meningocócica: síntomas, diagnóstico, tratamiento y prevención
La enfermedad meningocócica es una infección causada por la bacteria Neisseria meningitidis y se presenta en nuestro país en forma de endemia baja, es decir que todos los años existe un número esperado de casos que en general ronda los treinta.
Por eso, consideramos importante explicarte en qué consiste la enfermedad, cuáles son los tipos más comunes, cuáles son los síntomas y sus posibles efectos, así como las diferentes medidas de prevención y tratamiento.
Es importante que consulte con su médico si sospecha que puede estar cursando la enfermedad y tener presente las pautas y recomendaciones del Ministerio de Salud Pública, las cuales son actualizadas en forma permanente.
¿Qué es la enfermedad meningocócica?
Es una infección provocada por una bacteria llamada Neisseria meningitidis que puede afectar distintas zonas de nuestro cuerpo. Las infecciones meningocócicas más comunes son la meningitis y la septicemia. Estas infecciones pueden darse en forma separada o conjunta.
En el caso de la meningitis meningocócica, las bacterias infectan el tejido que cubre el cerebro y la médula espinal y cuando afecta el torrente sanguíneo se dice que se trata de una septicemia.
La infección por meningococo también puede afectar al corazón, pulmones o el tracto urinario.
La enfermedad meningocócica por Neisseria meningitidis es un problema de salud pública debido a la rápida progresión de los síntomas, elevado riesgo de contagio entre contactos cercanos, gran incidencia de complicaciones y/o secuelas y su alta mortalidad.
Por eso, es importante saber reconocer rápidamente los síntomas y procurar atención médica cuantos antes para recibir el tratamiento adecuado y minimizar su impacto.
¿Quiénes pueden contraer esta enfermedad?
Cualquier persona puede contraer la enfermedad meningocócica, pero son especialmente más vulnerables los menores de 5 años, adolescentes, los adultos mayores y personas que presentan enfermedades crónicas que disminuyen su inmunidad, así como aquellos que padecen infecciones de las vías respiratorias superiores en forma frecuente o están expuestos en forma activa o pasiva al humo de tabaco.
¿Cómo se contagia?
Esta enfermedad se contagia de persona a persona, por contacto directo con las secreciones respiratorias de una persona infectada, por ejemplo, mediante estornudos, tos o besos o al tocar objetos o superficies contaminadas y tocarse los ojos, nariz o boca.
¿Cuáles son los síntomas?
En el caso de la meningitis, los síntomas más comunes son:
- Fiebre
- Dolor de cabeza
- Rigidez de cuello
Pudiendo presentarse adicionalmente:
- Irritabilidad
- Náuseas
- Vómitos
- Fotofobia (mayor sensibilidad de los ojos a la luz)
- Confusión
En los lactantes, la meningitis puede cursar con síntomas adicionales:
- Ictericia (tonalidad amarillenta en la piel)
- Rigidez de todo el cuerpo
- Falta de apetito
- Succión débil
- Llanto agudo e irritabilidad con gran dificultad para consolarlos
En el caso de la septicemia (infección en el torrente sanguíneo) los síntomas pueden incluir:
- Fiebre y escalofríos
- Fatiga (sentirse cansado)
- Vómitos
- Manos y pies fríos
- Dolores musculares y en las articulaciones intensos
- Respiración rápida
- Diarrea
- Áreas de color púrpura similares a hematomas y/o pequeñas manchas rojas en la piel
El Ministerio de Salud Pública, exhorta a la población a que se realice la consulta inmediata al médico sin automedicarse ante cualquier cuadro febril, evitar circular con síntomas respiratorios, especialmente si se convive o comparte con personas que tengan factores de riesgo, y a ventilar habitualmente los ambientes.
¿Cuánto tardan en aparecer los síntomas?
Desde que ocurre el contagio el período de incubación tiende a ser de 2 a 4 días, pero puede llegar a los 10 días. Es importante mencionar que, una vez iniciado el tratamiento con el antibiótico adecuado, la persona enferma deja de infectar entre 24 y 48 horas.
¿Cómo diagnosticarla?
Para la realización del diagnóstico el médico se basará en los signos y síntomas que observe, así como haber tenido contacto directo con una persona que esté cursando la enfermedad. Se le indicará diferentes pruebas de laboratorio para poder identificar la presencia de la bacteria en su cuerpo (generalmente evaluación del líquido cefalorraquídeo y hemocultivo); habitualmente se complementa con otros estudios tales como radiografías, conteo de glóbulos blancos, etc.
Tratamientos para la meningitis
La clave en esta enfermedad es comenzar cuanto antes con el tratamiento con los antibióticos que el médico indicará según la situación del paciente. Adicionalmente el médico puede indicar otro tipo de medicamentos para el tratamiento de los síntomas, tales como antipiréticos (reducir la fiebre), analgésicos, antiinflamatorios, etc.
¿Qué complicaciones puede presentar esta enfermedad?
Incluso recibiendo el tratamiento con antibióticos, se estima que entre 10 y 15 de cada 100 personas con enfermedad meningocócica no sobrevivirán y hasta 1 de cada 5 que si lo hagan tendrá discapacidades a largo plazo.
Siendo los menores de un año generalmente los que presentan las complicaciones más severas tales como amputaciones de extremidades, sordera, daño renal, problemas del sistema nervioso y daño cerebral, con retrasos en el desarrollo (motor, déficits de lenguaje, trastornos cognitivos) que implican rehabilitación y seguimiento de por vida.
¿Cómo prevenirla?
Buenos hábitos higiénicos
Como vimos anteriormente, la mayor parte de los casos de enfermedad meningocócica se contagian a través de pequeñas gotas de líquido que proceden de la garganta y/o de la nariz de una persona infectada, por lo tanto mantener buenos hábitos higiénicos es una herramienta fundamental para prevenir esta enfermedad:
- lavarse las manos con agua y jabón habitualmente, por lo menos 20 segundos.
- evitar el contacto directo (como tocar o dar la mano) con personas claramente enfermas
- no compartir comida, bebida ni objetos con otras personas
- limpiar y desinfectar las superficies que se tocan frecuentemente
- ventilar de forma habitual los ambientes
Durante la época de pandemia COVID 19, gracias a las medidas implementadas para su prevención se observó una disminución notoria de los casos mundiales de enfermedad meningocócica, lo cual refuerza el concepto de la gran influencia de las mismas.
Los contactos directos de una persona con la enfermedad meningocócica suelen recibir la indicación médica de realizar un tratamiento con antibióticos a modo preventivo (profilaxis). Dentro de los contactos directos generalmente se suelen incluir a las personas que conviven en la misma casa, o que tienen un nivel de contacto equivalente, por ejemplo, los compañeros de clase, los contactos de viaje, es decir aquellas personas que se hayan sentado al lado de una persona infectada en un vuelo largo y cualquier persona que haya estado expuesta directamente a las secreciones respiratorias de un caso en los siete días anteriores al diagnóstico de la enfermedad.
Esta medida preventiva reduce el riesgo de transmisión e infección.
Vacunación
Para comprender la protección que brindan las vacunas debemos tener en cuenta que existen diferentes cepas o tipos de la bacteria Neisseira meningitidis, conocidos como serogrupos y si bien existen muchas vacunas aprobadas contra la enfermedad meningocócica, las distintas vacunas previenen contra diferentes cepas de meningococo, pero hasta la fecha no hay una vacuna que contemple todas las cepas.
Por lo tanto, la selección de la vacuna depende de la epidemiología del país de residencia o hacía el cual se viajará, las vacunas disponibles y las características del paciente, por ejemplo si pertenece o no a un grupo de riesgo -los niños y los jóvenes que viven en comunidades cerradas, los trabajadores de laboratorio con riesgo de exposición a los meningococos, los viajeros a zonas de alta endemicidad y las personas que tienen inmunodeficiencia (asplenia, deficiencias de la vía terminal del complemento o infección avanzada por el VIH)-.
Las pautas de vacunación pueden variar según la vacuna seleccionada, la edad del paciente y los riesgos de exposición.
Existen en nuestro país la posibilidad de acceder a vacunas meningocócicas que, si bien no están incluidas en el calendario de vacunación, puede consultar con su médico tratante sobre su indicación.
Referencias